Importancia de la orfebrería

¿Cuántas veces habremos escuchado eso de que ya nada es como antes y que todas las buenas costumbres se están perdiendo poco a poco? En el caso de un oficio como el de orfebres Valencia, es todavía más evidente.

¿Cuál es la importancia de la orfebrería?

Ya desde la prehistoria, se creaban a mano diversas piezas hechas a base de bronce, plata, cobre y oro. Desde vasijas hasta collares y otras piezas o accesos para indumentaria. Aunque las técnicas y los diseños han ido evolucionando, sus cimientos han sido siempre los mismos: crear de manera totalmente artesana piezas únicas y con alto valor ornamental y artístico. 

Según la época, el diseño podía ser más práctico u ostentoso, para crear elementos de protección como era el caso de los bárbaros y los visigodos, o simplemente para crear piezas de bellos diseños que ejemplifique el arte del momento.

De esta manera, la orfebrería ha estado siempre presente como manifestación artística, incluso sirviendo para fines más prácticos o enmarcado en ciertas costumbres, tradiciones o circunstancias, como es el valor que hoy en día se le da a la orfebrería regional valenciana.

Y es que este empeño por utilizar metales preciosos para el diseño y fabricación de joyas y ornamentos ha llegado hasta nuestros días, dejando muy patente la importancia de este oficio a lo largo de las épocas, sociedades y costumbres.

Dejando de lado creación en cadena de forma automática de piezas en serie y con personalización mucho más limitada, todavía podemos encontrar lugares que conservan esta honorable tradición y mantienen las técnicas tradicionales utilizadas en épocas pasadas.

Así, podemos disfrutar de obras y vitrales situados en iglesias o incluso en casas, multitud de joyas y objetos decorativos (de carácter más tradicional o más moderno) u otro tipo de ornamentos en los que los metales son moldeados para crear piezas con relieves.

Uno de los mejores ejemplos que todavía podemos ver en nuestros días con mayor frecuencia, se trata de las joyas empleadas en fiestas regionales como los adornos falleros, u otras piezas elaboradas a mano en metal, como artículos regionales o decorativos de lo más variado.

Es el caso de bandejas, cajitas, marcos, centros de mesa, cubertería o vajilla, juegos de menaje, candelabros… En definitiva, objetos que seguimos utilizando en la actualidad, pero no se trata de piezas que podamos encontrar en cualquier sitio.

Su producción limitada, unida a que muchas veces se trata de objetos personalizados y diseñados especialmente para la ocasión, los convierte en auténticas obras de arte que pasan de generación en generación y son considerados parte del patrimonio en cualquier familia.

Incluso lo que años atrás se crearía para darle un uso totalmente práctico, se ha convertido con el transcurso del tiempo en una pieza de gran valor. No solo por su antigüedad, sino también por la particularidad de su diseño y su meticulosa fabricación artesanal.

Por suerte, todavía es posible acudir a maestros orfebres que siguen trabajando con los metales y otros materiales para crear joyas, complementos y otros objetos y ornamentos a la medida. No hay mejor forma de disponer de diseño y valor en nuestros hogares.